jueves, junio 28, 2007

En lo oscuro...

Apoye mi cabeza sobre tu pecho y ya nada importó en el mundo…
Vi por la ventana del auto como la noche bajaba
y aumentaba mi sensación de refugio en aquel rincón escondido.

Y la pregunta:
- ¿Me amas?
- Si, te amo… te amo mucho.

Me sentía aislada mágicamente,

- ¿De qué te ríes?
- De nada… tú me haces reír.”